Delicia icónica de Italia
Juan
| 11-07-2024
· Equipo de Comida
¡Hola Lykkers! ¡No hay nada más irresistible que los biscotti perfectamente horneados!
Esta querida galleta italiana ha cautivado corazones durante siglos. Su forma oblonga y su textura seca y crujiente prácticamente piden ser sumergidos en una humeante taza de café o té, invitándote a saborear cada delicioso bocado.
Entonces, ¿qué son exactamente los biscotti? El término "biscotti" es el plural de la palabra italiana "biscotto", que se traduce como "dos veces horneado". Esto se refiere a su proceso de horneado único: primero, a la masa se le da forma de tronco y se hornea. Después de enfriar un poco, se corta en galletas alargadas y se hornea nuevamente para lograr esa textura irresistible, crujiente y seca.
El biscotti se originó en la ciudad de Prato, en la región de la Toscana, Italia, donde se popularizó en los monasterios locales durante la época medieval, ya que su larga vida útil lo convertía en un alimento ideal para que lo llevaran los monjes viajeros. Los ingredientes del biscotti clásico son simples: harina, azúcar, huevos, mantequilla o aceite de oliva y, a menudo, frutos secos como almendras o piñones. Con el tiempo, surgieron variaciones con frutos secos, ralladura de cítricos y otros sabores.
Pero no importa la variación, la forma oblonga y crujiente de los biscotti y su combinación perfecta con bebidas calientes son lo que los hace tan icónicos. ¡Y vale la pena intentar hornear estas delicias italianas atemporales en casa! ¡Es más fácil de lo que piensas! Aquí tienes una receta estupenda para los clásicos biscotti de almendras:
Ingredientes:
- 2 tazas de harina trigo
- 1 taza de azúcar granulada
- 1 cucharadita de polvo para hornear
- 1/4 cucharadita de sal
- 3 huevos grandes
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 1 cucharadita de extracto de almendras
- 3/4 taza de almendras enteras
- 1 clara de huevo ligeramente batida
Instrucciones:
1. Precalienta el horno a 325°F, cubre una bandeja para hornear con un trozo de papel pergamino para facilitar la limpieza.
2. En un recipiente mezcla la harina,el polvo de hornear , el azúcar y la sal.
3. Haz un hueco en el centro y agrega los 3 huevos y los extractos. Usa un tenedor para batir ligeramente los huevos, luego incorpora gradualmente los ingredientes secos hasta que se forme una masa pegajosa.
4. Amasa las almendras hasta que estén distribuidas uniformemente.
5. En la bandeja para hornear preparada, forma un tronco con la masa de aproximadamente 12 pulgadas de largo, 5 pulgadas de ancho y 3/4 de pulgada de alto.
6. Pincela la parte superior con clara de huevo batida.
7. Hornea por 25 minutos hasta que esté ligeramente dorado.
8. Saca del horno y deja reposar 20 minutos.
9. Corta el tronco en rodajas diagonales de 3/4 de pulgada de grosor.
10. Coloca las rebanadas con el lado cortado hacia abajo en la bandeja para hornear.
11. Hornea por 15 minutos más, luego voltea las rebanadas y hornea por otros 10 minutos hasta que estén secas y crujientes.
12. Coloca los biscotti en un recipiente que cierra herméticamente para evitar la entrada de aire. Al hacerlo, los biscotti se mantendrán frescos y podrán almacenarse de forma segura hasta por dos semanas sin perder su calidad.
Perfectamente crujientes, ligeramente dulces y con ese inconfundible sabor a almendra: ¡estos biscotti son celestiales! Para probar sabores aún más creativos elaborados por panaderos profesionales, aquí hay dos lugares de primer nivelen Nueva York que debes probar:
- Fortunato Brothers: presenta biscotti en sabores clásicos y divertidos, como avellana, cereza y limón y romero.
- Ferrara Bakery & Cafe: una panadería icónica de Nueva York que existe desde 1892 y ofrece sus famosos cannoli y otros postres italianos, con precios desde los $20.
Ya sea que los prepares en casa o los compres en una panadería reconocida, los biscotti son una tradición italiana que merece saborearse lentamente con una bebida humeante en la mano.Con su textura crujiente y sus ricos sabores reconfortantes, estas galletas dos veces horneadas son perfectas para acompañar una taza de café o té.