El poder oculto del hongo
Manuel
| 09-09-2024
· Equipo de Comida
A finales de la década de 1980, el equipo de Anderson hizo un descubrimiento innovador en el suelo del bosque de Crystal Falls: una rica comunidad de Armillaria gallica, también conocida como hongo de la miel.
Inicialmente, el equipo pensó que se habían topado con una comunidad de hongos común y corriente. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que estaban ante un único y colosal hongo.
El equipo estimó que este hongo cubría al menos 91 acres, pesaba alrededor de 100 toneladas y había estado creciendo durante al menos 1.500 años. Este descubrimiento rompió el récord mundial anterior que ostentaba una Armillaria ostoyae en Oregón para el hongo más grande.
Anderson mencionó que el descubrimiento causó gran sensación en ese momento, especialmente porque se anunció el Día de los Inocentes, lo que llevó a muchos a creer que se trataba de una broma. En 2015, el equipo de Anderson decidió volver a visitar Crystal Falls para verificar sus hallazgos iniciales.
De 2015 a 2017, recolectaron muestras y utilizaron tecnología avanzada de secuenciación genética en el laboratorio de la Universidad de Toronto para analizar el ADN. En las últimas décadas, la tecnología de análisis genético ha avanzado significativamente, haciendo que el proceso de análisis sea más conveniente, más rápido y más preciso.
Al analizar las últimas muestras, el equipo confirmó que esta Armillaria gallica era de hecho un solo organismo, y su tamaño y edad excedían con creces sus estimaciones anteriores. Los nuevos datos revelaron que el hongo era cuatro veces más grande de lo estimado inicialmente y había estado creciendo durante 1.000 años más de lo previsto originalmente. Esto significa que el hongo podría pesar aproximadamente 400 toneladas.
El equipo de investigación también descubrió que las sustancias contenidas en Armillaria gallica podrían tener el potencial de combatir el cáncer, uno de los adversarios más desafiantes de la medicina moderna.
La capacidad del hongo para sobrevivir durante un período tan prolongado y crecer hasta un tamaño tan grande se atribuye a su tasa de mutación extremadamente baja. Esto significa que su código genético rara vez cambia. Normalmente, en los organismos vivos, las células se dividen y las células nuevas pueden mutar durante la replicación de genes, lo que resulta en cambios en el código genético. Generalmente se cree que este proceso de mutación es una de las causas del envejecimiento. Sin embargo, Armillaria gallica parece poseer un mecanismo interno que resiste el daño del ADN, manteniendo la estabilidad de su genoma.
El equipo de Anderson recolectó 15 muestras de varias partes del bosque para secuenciarlas y descubrió que había muy pocas mutaciones en el código genético. Sólo 163 de 100 millones de códigos genéticos habían cambiado. Anderson cree que esta tasa de mutación excepcionalmente baja indica que Armillaria gallica tiene un mecanismo para resistir el daño del ADN. Aunque las razones específicas aún no están claras, esta notable estabilidad ofrece una nueva perspectiva para la investigación en salud humana.
En algunos cánceres, las mutaciones en las células se salen de control después de que los mecanismos normales de inspección y reparación del ADN se ven comprometidos. Algunos componentes de Armillaria gallica parecen capaces de contrarrestar esta inestabilidad.
Anderson explicó que al comparar las células cancerosas y las células de Armillaria gallica cultivadas durante el mismo período, observaron que las células cancerosas se volvían irreconocibles debido a mutaciones frecuentes, mientras que las células de Armillaria gallica permanecían relativamente estables.
Este estudio comparativo ayuda a los científicos a comprender mejor los mecanismos detrás de las mutaciones de las células cancerosas y puede proporcionar nuevas estrategias de tratamiento.
A pesar del potencial revelado por la investigación del equipo de Anderson sobre hongos en el campo de la lucha contra el cáncer, no tienen previsto realizar más investigaciones en profundidad. En cambio, esperan que equipos más jóvenes y especializados asuman este trabajo.
Los hongos se encuentran entre los organismos más comunes en la Tierra, con una biomasa total que excede la de todos los animales combinados. Los científicos continúan descubriendo nuevas especies de hongos y se estima que hay aproximadamente 3,8 millones de especies en todo el mundo, y más del 90% aún por descubrir. Solo en 2017, los científicos identificaron 2.189 nuevas especies de hongos.
Un informe del Real Jardín Botánico de Londres, Kew, destaca que los hongos ya tienen cientos de usos, que van desde fabricar papel hasta lavar ropa. En el campo de las vacunas y los biológicos, alrededor del 15% de las materias primas provienen de hongos. Por ejemplo, la proteína compleja de la vacuna contra la hepatitis B se cultiva en células de levadura, que son un tipo de hongo.
El conocido antibiótico penicilina se descubrió a partir de moho doméstico y muchos antibióticos se derivan de hongos. Medicamentos como las estatinas que se utilizan para reducir el colesterol y los nuevos inmunosupresores para el tratamiento de la esclerosis múltiple también se obtienen a partir de hongos.
Los hongos poseen un potencial extraordinario, ya que no sólo desempeñan funciones esenciales en los ecosistemas, sino que también ofrecen avances revolucionarios en la medicina y otros campos. A medida que los científicos continúan explorando las propiedades mágicas de los hongos, es probable que surjan descubrimientos más sorprendentes que revelen aún más de sus poderes ocultos.